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Síndrome del turista: pasillo, por favor

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¿Ventanilla o pasillo? Cada vez que me dispongo a subir a un avión y me preguntan, lo tengo claro. Pasillo, por favor. Ya sea un viaje corto o largo, estoy dispuesta a perderme las vistas. Y lo hago no solo porque puede resultar agobiante tener que pedir permiso para ir al lavabo. Quien me conoce sabe que no soy precisamente menuda. Me resulta incómodo llevar las piernas encogidas y sin espacio. Si logro plaza en el pasillo puedo mover los pies y evitar el tan temido Síndrome del Turista que no es más que la posibilidad de sufrir una trombosis, una flebitis o cualquier incidencia relacionada con nuestro sistema cardiovascular. Estoy siendo algo tremendista, lo se,  pero yo si puedo evitar que se me hinchen las pantorrillas, mejor. 

Ejercicios para las piernas

Todo el mundo recomienda hacer unos ejercicios que pueden venir muy bien. Rotar los tobillos, hacia dentro y hacia fuera. Yo añadiría, levantarte cada hora y hacer la media maratón desde la cola hasta la cabina del avión. Tenemos la excusa perfecta para estirar las piernas. Nos levantamos, bebemos mucha agua y nos acercamos hasta el wc. Yo, incluso, cual gimnasta, a veces hago estiramientos. Y cada vez se ve a más pasajeros haciendo lo mismo.

Además de los problemas con las piernas hay otros ligeras molestias que están relacionados con el viaje en avión. El aire acondicionado, por ejemplo, reseca no solo nuestros ojos sino también nuestra piel. Por eso yo siempre llevo conmigo gotas hidratantes. Hay viajes muy, pero que muy largos. Estar hasta 12 horas metida en una cabina puede acabar con la tersura de un bebé. Hay compañías, como Emirates o Qatar, que incluso tienen crema hidratante en los baños. Si cada hora te levantas, vas al baño y te embadurnas en bodymilk, seguro que lo llevaremos mejor. No cruzar las piernas y moverse. Es el consejo mas lógico y que entra dentro del sentido común. Si se tienen problemas de varices, llevar medias o calcetines de compresión (aunque resulte un poco coñazo). 

Males menores

Gotitas para los ojitos, cremita para la piel…..y ropa cómoda. Nada más desagradable que sentirte oprimida en el interior de unos vaqueros estrechos mientras el reloj pasa lento. Mi sugerencia: ya que no tenemos la cara dura para llevarnos el pijama y queremos mantener un mínimo de glamour, ropa holgada, en la que te puedas mover. Yo soy de las que, siempre y cuando sea un trayecto de más de dos horas y la higiene sea la adecuada, abandono los zapatos nada más despegar. Siempre llevo unos calcetines para evitar andar descalza por el pasillo. Previsión: sea verano o invierno, el poder del pasajero nunca irá más allá de graduar el distribuidor del aire acondicionado que tiene encima de la cabeza. Podemos pasar un calor infernal o un frío gélido. Por esto, algún abrigo, y pañuelo, nunca está de más.

SÍNDROME DEL TURISTA

Siempre en pasillo

Yo no se a ustedes, pero a mí el zumbido del avión se me mete en la cabeza. Por eso, si el vuelo es nocturno, me llevo unos tapones para los oídos y un antifaz para evitar la luz. Eso si intentamos dar una cabezadita. Si eres de los que no puedes dormir en vertical, aprovechar la oferta de cine y música, del servicio a bordo o lectura. Un buen libro que nos enganche nos puede entretener un par de horas. Yo soy de las que tengo un sueño ligero, cualquier cosa me despierta y no me gusta tomar pastillas para dormir. En el vuelo de regreso de Bangkok me chupé 5 películas. 

Si tienen suerte, les puede tocar viajar solos, sin pasajeros al lado. Eso es un gozada porque puedes subir las piernas y relajarte. Una manta y una almohadita (de viaje o como las de mi sobrina) y a «sobar» como un bebé….el que pueda. El que quiera y no lo tenga fácil, que se mande una pirula. Muchos amigos prefieren hacerlo. Otra gran bicoca sería que les tocara el asiento en la salida de emergencia. Eso sería como disponer de una plaza de toros donde capear el viaje.

Está claro que yo no soy médico. Hablo solo desde mi experiencia. Supongo que aquellas personas que ya tengan problemas circulatorios, acudirán previamente a su doctor para pedir consejo. Siempre les queda ir a hacer una visitilla al piloto y copiloto…siempre y cuando tengan la suerte de conocerlos.

SÍNDROME DEL TURISTA

Paseos a la cabina

«…yo, incluso, cual gimnasta, a veces hago estiramientos…»

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2 Comments

  1. Francisco 25 agosto, 2015

    Si tienes tantos problemas para viajar en avión mejor no lo hagas y fin de tema. O de lo contrario viaja en primera clase o compra 2 boletos en clase turista y viajas sola en 2 asientos.
    Creo que perdí mi tiempo leyendo y comentado esto.

    Responder
    1. mipasaporte 25 agosto, 2015

      Hola Francisco. Muchas de las pequeñas «incidencias» que muestro en esta entrada no solo las he vivido yo sino también muchísimos otros conocidos que me las han trasladado. Me atrevo a asegurar que tu mismo podrías haber experimentado alguna de ellas. ¿Dejar de viajar? ¡Nunca! Con sentido del humor, con un talante agradable y abiertos a conocer otros países y puntos de vista, nos podemos ir donde quieras. Gracias por tu tiempo y también por tu comentario.

      Responder

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