¿Es posible evitar el jet lag?

Si estás leyendo esta entrada en este momento puede que estés sufriendo algo de insomnio. ¿Me equivoco?  Los cambios de horarios nos suelen provocar ciertos trastornos en nuestro reloj biológico. En los traslados muy largos nuestro cuerpo se resiente y, en mayor o menor medida, lo notamos.

Los viajes de larga distancia suelen dejarme ojeras permanentes durante las primeras semanas. En la ida normalmente no cuesta tanto.  Puede llegar incluso a ser sorprendente. Siempre recordaré cuando viajaba en el avión rumbo a Tailandia (seis horas más que en Canarias). El reloj de mi muñeca marcaba la medianoche cuando, después de dormir un rato, levanté la cortina de la ventanilla. Había un sol resplandeciente mientras mi cuerpo me indicaba que eran las doce de la noche. Desde luego Cenicienta no hubiera salido corriendo con «tan tremendo solajero». La sensación fue extraña. Al llegar al lugar de destino, casi no lo noté. La novedad, un lugar nuevo, lo que los canarios llamamos la novelería, puede más. Suelen ser destinos transoceánicos.

Tailandia tiene una diferencia de seis horas más que Canarias, pero solo cuatro más que Qatar, pero a su vez Canarias tiene dos horas menos que Qatar. Osea que al final, si viajas desde Canarias a Tailandia, haces escala en Qatar un par de hora….puedes volverte literalmente loco, crazy!!!!.  Al final, en las paradas técnicas, opto por no mirar el reloj y centrar toda mi atención en los carteles informativos para que no se me pase el embarque de mi siguiente avión.

Despertador

El jet lag trae consigo la descoordinación del ritmo del sueño. Es un síndrome que surge con la modificación de los husos horarios. Tanto si se viaja rumbo al este como si nuestro desplazamiento es hacia el oeste notamos que durante el día tenemos sueño o que durante la noche estamos con los ojos como un búho. Aunque dicen los expertos que si el vuelo es hacia el oeste perdemos horas y los efectos son más acusados. A la ausencia de Morfeo tenemos que sumar la apatía, el cansancio perpetuo, falta de apetito, en fin…creemos morir en vida y pensamos que nunca más vamos a lograr dormir de un tirón una noche completa. Te dan ganas de mandarte un cóctel de Orfidal, Tranxilium, Valerianas y Trankimazin. Deseas cerrar los ojos y soñar pero no. Te escuecen, te pican y te caes de sueño a horas en las que tendrías que estar con los 5 sentidos a pleno rendimiento.

¿Y cuánto dura esta tortura china? Pues en mi caso lo máximo que se ha prolongado es una semana. Eso sí. Todos los días, a las 3:00 de la mañana, abría lo ojos como un gato, como si fuera las 7 de la mañana y tuviera toda la energía dispuesta para ser quemada. ¿Y cómo se soluciona? Pues yo diría que con paciencia. Mi recomendación es tratar de adaptarse al horario local, evitar dormir cuando el cuerpo nos lo pida y dejarlo para las horas habituales. La noche para dormir o otro tipo de ocio alternativo, el día para vivir, aquí y en Japón. Adaptarse al lugar al que vayas es lo ideal. Tarde o temprano se pasará. Siempre podemos consolarnos con las buenas experiencias vividas en nuestro viaje. Dicen que si haces ejercicio físico por la mañana y tratas de llegar agotado a la noche, la cosa irá mejor. Evidentemente el nivel del jet-lag dependerá de las condiciones personales de cada uno de los viajeros. Habrá gente que ni se entere y otros que se despertarán con el aleteo de un mosquito de fruta. No lo se. Solo queda pasarlo y hacerlo con calma. 

¡Tengo sueño!

«…deseas cerrar los ojos y soñar pero no puedes…»

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