El acceso a internet ya no es una utopía en Cuba pero a pesar de los últimos cambios, la situación sigue siendo bastante precaria. Ha sido una de las imágenes que más me ha impactado de mi viaje a la isla caribeña. Hace apenas 3 meses, en julio de 2015, el gobierno cubano implantó la conexión wifi.
Hasta ahora muy pocas personas tenían acceso a la red. Dicen que apenas un 2% de la población (médicos, periodistas y otros afortunados) disponían de esa posibilidad en sus casas. Ahora el cubano ( y de igual manera el turista) con un smartphone, portátil o tablet, puede hacerlo pero todo tiene un coste.
Existen unos 35 puntos en las 16 ciudades más importantes de toda la isla en los que se puede acceder a internet. Estos se ubican principalmente en las plazas centrales de las capitales de provincia, en lo que ellos llaman parques. Para conectarte tienes que buscar esos lugares aunque los encuentras rápido. La masa de gente absorta en su móvil es brutal. Se llenan los bancos de las plazas, se agolpan bajo los techos cercanos si llueve, se sientan en cualquier muro. Es un verdadero espectáculo. La vida de las ciudades se ha trasladado al parque. Allí está el que se conecta y el que mira, el que observa al otro, al que se conecta. En torno a esta actividad se ha generado un verdadero negocio en el que incluso te venden los auriculares para las videollamadas, los manises y, como no, las tarjetas de la plataforma NAUTA.
Además de los puntos con señal wifi, necesitas esa tarjeta, la NAUTA, que se compra supuestamente en los puntos de la empresa pública de telecomunicaciones ETECSA por 2 CUC. La mayoría de estas tarjetas te permiten conexión por 1 hora con lo cual, si eres un ciberadicto tendrás que comprar varias. Pero en la empresa solo te permiten adquirir 3 y dejando, eso sí, el número de tu pasaporte si eres turista o la identificación si eres local. En las calles, como todo el negocio paralelo cubano, te las ofrecen de media por 3 CUC ( unos 3 euros aproximadamente).
Por la primera de ellas pagué en el bar del Hotel Parque Central 6,50 CUC (me vieron rubia, turista y tonta). Cada vez que te conectas con esa tarjeta debes poner dos números muy largos, que en algunos lugares te permite dejar registrada hasta que se agota el tiempo. La conexión es inmediata y con una velocidad aceptable para el uso de redes sociales, Whatsapp e internet en general. Funciona también la videollamada. Me quedaba boba mirando a familias enteras hablar con sus parientes de Miami, de Nueva York, de España…
Es una gran novedad en Cuba y vivirla fue todo un privilegio del que, también los turistas nos beneficiamos. Una realidad que te permite escuchar, sin ningún tipo de pudor, las conversaciones privadas de las familias. La abuela conociendo a sus nietos, los padres preguntando por la vida cotidiana a los hijos que tuvieron que dejar atrás en su huida del régimen comunista.
Para los cubanos es todo un lujo poder acceder a internet. En un país en el que el salario medio mensual no llega a 20 euros, destinar casi 2 a la compra de una tarjeta, es casi una frivolidad. En algunos puntos de la isla, como en Viñales, hay tarjetas de 5 y de 10 horas. Para el turista esta última es muchísimo más rentable. Cuesta unos 10 CUC.
En La Habana hay varios puntos de conexión (además de los grandes hoteles, donde salvo en casos muy concretos, también se usa la red pública). Una de las zonas más concurridas es la del Boulevard de San Rafael. Su plaza se convierte, cuando cae la noche, en un hervidero. Grandes, pequeños….todos se apuntan al carro de la tecnología y con apenas 3 meses de existencia, ya ha surgido la picaresca. Son lo que el comunismo llama «mercaderes de internet». Jóvenes informáticos, avispados, ya distribuyen la señal con sus propios equipos y cobran la hora por 1 CUC. Lo consiguen con el beneplácito de la policía que hace un poco la vista gorda.
En estos casos, como el que nos encontramos en la plaza de Camagüey, la señal va un poco más lenta pero los maltrechos bolsillos de los cubanos lo agradecen. Ver a estos chicos con las antenas colgadas en las farolas, con sus portátiles y sus móviles colocados estratégicamente sobre los muros, observar el negocio, escuchar el «¡oye brother, que se me apagó la señal!!» …Todo es un espectáculo, los turistas fotografiamos la escena, grabamos vídeos de todo este montaje que nos sorprende y nos cautiva por instantes.
En Cuba hasta ahora solo el 20 % de la población accedía a internet. Con el sistema NAUTA se espera que esta cifra aumente de forma considerable. Sin ir más lejos, este blog, Mipasaporte.com tiene entradas de muchísimos países latinoamericanos, nunca las tuvo de Cuba…..ahora tengo algunas visitas. Mis amigos informáticos de Camagüey, me siguen…¡Guau! Ellos saben quienes son y yo no voy a ser la que les fastidie el negocio. Me leen en el parque, apoyados en los bancos, al raso y bajo las estrellas. Ellos son, sin duda, el futuro de ese país. Un futuro que ahora es joven y que desea acceder en las mismas condiciones que el resto, a las comodidades que les muestra la ventana de su ordenador.
Tenían que haber visto la cara de interés cuando les contamos sobre el evento de la Tenerife Lan Party…Algunos de ellos saben como sortear la censura del régimen, se mueven como pez en el agua por páginas que torean como pueden el control del gobierno de los Castro, páginas como Revolico.
De momento Cuba solo está conectada por cable de fibra óptica desde Venezuela. Teniendo en cuenta la situación de ambos países, la implantación de internet tal y como la concebimos en nuestro entorno, en nuestras viviendas, nuestras calles, nuestra habitación, es una ilusión que mantiene a los cubanos entretenidos. Estoy segura que a medida que el pueblo vaya exigiendo un poco más, el gobierno irá abriendo la mano. Un pueblo agradecido, a cuenta gotas, es un pueblo que no molesta. La wifi es uno de esos pequeños cambios que tanto anhelan los cubanos y que se supone, tiene que llegar, sí o sí. Cambios por los que todos se preguntan…
«…desea acceder en las mismas condiciones que el resto, a las comodidades que les muestra la ventana de su ordenador…»
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Magnifico post!!! Parece mentira que algo que llevamos tiempo usando y que forme parte de nuestro día a día, este tan lejano para ellos…
Sí! esto nos ayuda a valorar lo que tenemos. Gracias!
Simplemente, increíble. Qué gran contraste con esos tendidos eléctricos más que obsoletos, esas telarañas mezcla de cableados y postes de madera abatidos q nos has mostrado en fotos de ciudades como Trinidad o Santa Clara
Una vida sencillamente increíble. Así de simple.