Londres siempre es una sorpresa. En cualquier esquina te encuentras algo diferente a lo que estás acostumbrado a ver. Es de las ciudades más cosmopolitas que conozco y tampoco puedo presumir de haber ahondado en ella, la verdad. Sin embargo, a pesar de aquellos que critican la flema británica, yo les garantizo que, en esta segunda visita a Londres, la he redescubierto como uno de los rincones más amables de Europa. Tiene el mismo aire que otras ciudades europeas pero también tiene algo que la hace única.
Este fue un viaje de apenas cinco días. Es muy fácil y relativamente barato trasladarte desde Canarias. El gran número de turistas que vienen a las islas hace que las conexiones con Londres sean prácticamente diarias. Operan numerosas compañías de bajo coste y en ocasiones, los precios de los billetes son irrisorios (429 euros-cinco personas). No nos viene nada mal ahorrar costes porque, a priori, es obligatorio apuntar que, lo mismo que tiene de cosmopolita, lo tiene de caro.
El clima cumple con lo previsible. En enero, lógicamente, hacía frío pero tuvimos mucha suerte porque apenas nos llovió. Por la mañana helaba un poco y los parques aparecían cubiertos de escarcha. Un frescor al que no estamos acostumbrados y que nos permite usar abrigos, bufandas, gorros, orejeras…
El alojamiento lo contratamos en origen en www.airbnb.es . Optamos por un coqueto apartamento en la zona de Bayswater. Muy bien ubicado y con capacidad para 5 personas. Si buscan la dirección, verán que es bastante céntrico, se localiza dentro de las dos zonas del metro más importantes. 70, Inverness Terrace, London, w2 3LB. Pertenece a Ashley Rental y el teléfono de contacto, por si les interesa: 44799084764. Nos costó 1054 euros durante 5 noches para 5 personas.
Viajamos con Ryanair y por eso llegamos al Aeropuerto de Stansted. Desde allí y hasta el centro de Londres habíamos contratado un transfer que nos costó 205 euros (161 libras). Ida y Vuelta. Hay infinidad de empresas que se dedican a este tipo de traslados, basta con buscar por internet y nos garantizamos que nos deja y recogen en la puerta de nuestro alojamiento. Cuando se viaja con niños pequeños y a determinadas horas, nos ofrece mucha tranquilidad.
Cuando llegas al centro de la ciudad lo más recomendable es una visita de reconocimiento. El primer día es súper aconsejable subir al autobús 15, de la línea urbana. Te lleva por los sitios más turísticos del centro y evitas pagar mucho más dinero por el Bus Turístico Oficial. El transporte en Londres es carísimo, por eso, desde que llegues, busca la manera de hacerte con una tarjeta de Transportes. Tienes dos opciones: la Travelcard y la Oyster. Depende de los planes que tengan ustedes les vendrá mejor una u otra. Nosotros optamos por la primera y la compramos por 6 días.
La puedes adquirir en Victoria Station o en los cajeros de los metros. También en Paddington, que es otra de las estaciones más importantes del centro de Londres. Una de las alternativas de tarjetas de transporte te ofrece la posibilidad de conseguir unos descuentos turísticos en determinados monumentos y museos pero nosotros no lo hicimos porque no nos interesaban. También depende del tiempo que vayan a permanecer en la ciudad les costará más o menos. Si la compras día a día, te puede costar entre 7 y 9 libras. Los niños menores de 10 años no pagan. Nadie nos preguntó por la edad de la menor que viajaba con nosotros. Ese paseo en la línea 15 está incluido en la tarjeta.
Entre las propuestas turísticas las hay variadas, numerosas e infinitas. Se puede subir en la Torre de Londres, dirección Trafalgar Square, pasarás por la Catedral de San Pablo, en plena City, Picadilly Circus… Si conectas con la 38 y la 148, harás el Top Ten ya que incluye Hyde Park, Buckingham Palace, Abadía de Westminster, el Parlamento y el maravilloso Big Ben. Desde ahí y cruzando la gran noria London Eye, puedes tomar el RV1, recorrer la orilla del Támesis y regresar al punto de partida en la Torre de Londres. Otra línea de guagua (Bus) que puede venir genial es la 11. Empieza en Liverpool Street y pasa por la City hasta llegar a Chelsea, que es una zona más pija. La plaza de Trafalgar es lugar de obligado paso. Homenaje a Nelson, con su estatua presidiendo el centro. Aquí los canarios podemos recordar con orgullo cómo en Tenerife le «arrebatamos» el brazo al británico. Por cierto que cuando murió estaba en medio de un trayecto en barco y para conservar su cuerpo, lo metieron en un barril con alcohol. Los marineros se lo bebieron todo, era coñac y lo fueron sacando poco a poco. Lo dejaron, dice la leyenda, más seco que la mojama.
En Monument te puedes subir a la columna para ver la panorámica: más barato que el London Eye. Al otro lado del río disfruta del Milenium Bridge. Entre las cosas más turísticas se encuentran las Casas del Parlamento y el Cambio de la Guardia. También está la versión del cambio de guardia a caballo. Subiendo por el Big Ben, por Whitehall a la derecha. Tanto en Londres como la gran mayoría de centroeuropa funciona una empresa de tours muy recomendable. Yo lo he hecho en varias ocasiones. Se trata de Sandemans. Cuentan con un circuito gratuito que se puede reservar en su página web. Al final del tour cada uno deja el dinero que desee al guía. Por lo general se trata de personal joven, divertido, muy amable y con un alto grado de conocimiento de la historia y las anécdotas de la ciudad. Tienen varias ofertas y nosotros nos sumamos a un circuito nocturno por los rincones más tenebrosos de Londres. Un tour muy divertido que acaba, casi siempre, en un típico pub británico bebiendo unas birras.
Otra opción para moverse es el Tren pero sobre todo si tienes intención de salir a las afueras.
Momento compras: las baratas en Oxford Street. Allí, si eres una consumista empedernida, tendrás todas las marcas conocidas. Las caras: Carnaby, Regent y Sevent Dials. Ir a Londres y no visitar mercadillos es un gran pecado ( y la vida está para cometerlos….). Uno muy peculiar es el de Brixton. El metro te deja prácticamente en el sitio. Caminas un poco hacia la derecha y te lo encuentras bajo un puente de hierro. Se trata de un barrio muy peculiar con un marcado acento jamaicano. El 25 por ciento de la población de este barrio es afrocaribeña. Otro mercado digno de visitar es Covent Garden, pero queda más al centro y es infinitamente más caro, no obstante está cerca del Teatro Real y otros edificios solemnes. Este mercado, que marca el West End, está a cubierto por una interesante estructura de hierro forjado de corte romántico y modernista. Me gusta mucho. Tiene varias cafeterías muy coquetas. Y su acústica es tan perfecta que muchos músicos callejeros vienen a tocar música clásica en algunos de sus rincones. Alrededor de Covent Garden están las tiendas pijitas. Muy chulas.
Mercadillos, rastros y otras opciones: yo me quedo con Portobello Road. Es muy fácil llegar. Te bajas en la parada de metro de Notting Hill Gate y sigues la riada de gente. De camino te puedes sacar unas fotos en las típicas casa de colores que salían en varias escenas de la peli de Julia Roberts y Hugh Grant. Camden Town es otra de las opciones económicas tanto para comer como para comprar. Se cansarán de visitar pequeñas tiendas, de primera y segunda mano, antigüedades, modernidades, chinadas, clasicadas, en fin…de todo lo imaginable. Siempre tendrán la opción de sentarse a descansar al lado de Camden Lock, un canal que pasa por uno de los márgenes del mercadillo. Si en la cartera les pesan las libras, suban a Harrods. Además de las fotos de Lady Diana y Dodi Al Fayed, se encontrarán lujo, lujo y lujo, y un miembro de la seguridad privada que les aconseja ponerse la mochila por delante. Sin rompemos algo, puede que nos de un flato porque suelen ser productos muy caro. Aprovechen para usar el baño, sobre todo el de señoras. Se pueden hidratar las manos con cremita. Muy cuqui el wc.
Comer en Londres: alimentarse decentemente es tarea difícil y si no que se lo digan a mi padre que no quería renunciar a su mesa y a su silla….. Sentarse en un restaurante no es apto para todos los bolsillos sobre todo si se viaja en familia. Entre las alternativas se encuentran los sitios de comida para llevar, los supermercados y las pequeñas tiendas de barrio regentadas por inmigrantes. Recomendables las ensaladas de EAT o PRET A MANGER. Si optas por un japo, ITSU. En el Soho puedes cenar unas salchichas en el ZE GERMAN. Justo una calle por encima, en Mead Street, tienes la opción de hamburguesas con papas fritas. En la zona de Regent y Carnaby también hay bares y cafeterías que te pueden sacar de un apuro. Para desayunos, paso obligado por TESCO o WAIROSE. También por el supermercado de MARK&SPENCER. Cosas ricas como las que encontrarás en la tienda de golosinas importadas de Japón y basadas en cómics y series (cybercandy). Comida hindú, paquistaní, etcétera.
Londres te ofrece cualquier plan cultural. Muy típico es disfrutar de un musical. El Rey León, Los Miserables, Fantasma de La Ópera, Thriller. En esta página se puede consultar la disponibilidad de entradas: www.musicalesnelondres.es. Por cierto, si quieren ir guapos y bien peinados a alguno de estos espectáculos, recomiendo la peluquería Allure XX, es de una amiga, está en el 20 de Bute Street, en South Kensintong, muy cerca del Natural Museum, hablan español y francés!!! ¿qué más quieren?. Guapos y a disfrutar de la noche londinense.
Te lo encontrarás en cualquier momento. Es el London Eye o también conocida como Millenium Wheel. Cuando se abrió al público en el año 2000 era la mayor del mundo. Ahora, muy a su pesar, ya no es la primera de la lista. Se trata de una noria gigante. Es una pasada y no demasiado cara, unas 23 libras por cabeza, pero otra opción de ver la ciudad desde arriba la encontramos en la cúpula del O2 Arena. Si al final optan por la London Eye, en la previa te ponen un vídeo en tres dimensiones que es divertidísimo y muy interactivo. ¡Genial! te ríes y te lo pasas pipa.
Otras alternativas para disfrutar de tu ocio en Londres está en la Bolera Brooklyn Bowl. Si vas con niños, como fue nuestro caso, visita obligada a la maravillosa y antigua Juguetería Hamley, en Regent Street. Aquí no deberían perderse la familia real del Lego que hay en la planta alta. Es una verdadera pasada para los pequeños. Hay un montón de dependientes mostrando cómo funcionan los juguetes en varias plantas. También les divertirá, sin duda, la tienda de M&M. Dulce chocolate que, garantizo, durará menos de un minuto en sus manos tal y como reza el lema. Con ellos también puedes ir a visitar la Estación de Kings Cross, lugar donde se encuentra el andén 9 y 3/4 donde se perdía Harry Potter en la película. También se entretienen mucho subiendo y bajando por la escalera mecánica más larga de Londres y que encontrarás en la parada de Angel.
Todo eso, dar de comer a los patos y palomas en los numerosos parques, mantendrán a los niños más que ocupados. Los museos son una pasada y en la mayoría de las ocasiones son gratis. Para cada uno de ellos puedes planificarte una jornada. El Natural History, con su esqueleto gigante de dinosaurio, y el British Museum, con sus momias egipcias, son los más recomendados. Verdaderas maravillas. Aconsejable también, cuando cae el día, ver atardecer en la Pequeña Venecia. En un entramado de canales puedes dar un paseo, tomar un café en las numerosas cafeterías flotantes y dar de comer a los bichos (cisnes, patos, palomas, ardillas…). Dicen que los británicos aman a sus perros y a sus caballos. Yo diría, además, que tienen predilección por cualquier animal.
«…a pesar de aquellos que critican la flema británica, yo les garantizo que, en esta segunda visita a Londres, la he redescubierto como uno de los rincones más amables de Europa…»
Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. Más información
Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.
Lo mejor para ir a londres es una guia como tu ya me imagino perdida por esos rincones