En 2012 el Ayuntamiento de Pájara habilitó una serie de paredes blancas para intentar decorar el casco de este pueblo costero que está cerca del sur de la isla de Fuerteventura. Gran Tarajal se convirtió, desde entonces, en uno de los museos al aire libre que no debemos perdernos en nuestra visita a la isla más cerca del continente africano.
Desde entonces, además de por sus playas, una inmensa zona de baño de arena gris clara, muchos turistas acuden hasta este pueblo tan solo por ver los dibujos que adornan las paredes muertas de sus edificios. Paredes que, como si fueran un lienzo, se propusieron a artistas locales y nacionales para intentar dar color a una zona que incluso me atrevería a decir que pasaba desapercibida para el turismo exterior.
Los amantes del street art, que seguro que están más puestos que yo en esto de los grafittis, seguro que pueden evaluar su calidad pero yo me limito a comentar lo que me gusta y lo que no. Ha pasado el tiempo y considero que deberían cuidarlos, retocarlos o bien, volver a repintar las paredes de blanco para poder seguir dando vida a las paredes. Algunos de esos pinturas acusan con evidencia el paso del tiempo.
Además de tomarse un café y darse un baño en una playa relativamente urbana también pueden dar un paseo por la plaza del pueblo. Además también deben recorrer las callecitas con nombres de las diferentes Islas Canarias.
«…se convirtió, desde entonces en uno de los museos al aire libre…»
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