El Arco de Tajao o Arco de La Linde, es muy accesible pero a simple vista no es visible. Está más cerca de lo que se piensa, no implica dificultad alguna llegar hasta el. Solo hace falta tener los ojos abiertos y mirar de verdad. Como en todas las cosas….
Se trata de una construcción caprichosa de entre 30 y 50 metros de largo y a unos 10 metros de altura del suelo. Es una especie de tubo hueco que se eleva en el Barranco de Vijagua. Data de hace unos 200 mil años y forma parte de las formaciones de lava volcánica.
Se trata de un rincón de esos que realmente te apetece visitar en la isla y de los que podemos presumir los tinerfeños. Tenerife cuenta con numerosos rincones donde perderse y encontrarse. Nuestros montes, nuestras playas. El norte y el sur: paisajes diferentes que, sin duda, nos van a cautivar.
Es natural. La erosión del terreno ha formado este arco. Lo triste es que no está protegido por lo que considero que no durará otros 200 mil años más. Ahora mismo todo el mundo se pasea por encima sin pudor para sacarse fotos (incluida yo). No hay control. Deberíamos confiar en la sensatez de la población pero, seamos realistas, las instituciones públicas tendrían que establecer alguna medida de seguridad y control para evitar que desaparezcan estos rincones.
Si quieres llegar hasta ese punto solo tienes que dirigirte a Tajao, una zona de costa del sur de Tenerife, al municipio de Arico. Cuando circulas por la Autopista del Sur tienes que tomar la salida 46. Justo cuando comienzas a bajar por la TF-632 te encontrarás, a mano izquierda, una especie de apartadero con unas mesas tipo merendero un tanto abandonado.
Ahí es un buen lugar para dejar el coche. Tienes dos opciones, acceder por la parte de arriba del arco o por la parte inferior. Si quieres descubrirlo desde arriba basta con caminar unos minutos desde el punto donde dejaste el coche. Y descender ligeramente. Lo encontrarás sin pérdida.
Si por el contrario quieres llegar a la parte inferior del arco, solo tendrás que tomar la carretera que se dirige hacia La Jaca, la TF-631. A pocos metros, a mano derecha te encontrarás un camino bien marcado por pequeñas piedras que te llevarán hasta el punto exacto donde se halla el arco.
Realmente el arco es solo un complemento del paisaje seco y árido del sur de la isla, pero no cabe duda que es un punto curioso. Una formación que vale la pena ver y que, solo por estar ahí y resistir tantos años, hay que tener en cuenta. Cientos de fotógrafos acuden hasta este lugar por ser un rincón diferente y natural. Y aunque yo no soy fotógrafa ni pretendo serlo, yo también tengo mi instantánea sobre el arco.
«…una construcción caprichosa con muchos años encima…»
Si continuas utilizando este sitio aceptas el uso de cookies. Más información
Los ajustes de cookies de esta web están configurados para "permitir cookies" y así ofrecerte la mejor experiencia de navegación posible. Si sigues utilizando esta web sin cambiar tus ajustes de cookies o haces clic en "Aceptar" estarás dando tu consentimiento a esto.