6 rincones que visitar en el Islote de Lobos

La Isla de Lobos es un paraíso dentro del propio edén que ya supone la isla de Fuerteventura. Se trata realmente de un islote que se encuentra frente a la costa de Corralejo, a escasos 2 kilómetros de la costa majorera y a 8 de Lanzarote. Puedes acceder en barco. En el muelle de Corralejo hay varias compañías pero casi todas te ofrecen el trayecto por el mismo precio. A nosotros nos recomendaron El Majorero pero fuimos con la empresa Isla de Lobos. Nos costó 12 euros I/V por ser residentes pero para el resto el precio es de 15 euros.

Aguas color turquesa en calas tranquilas

15 euros por pasar unas horas en un lugar idílico es un regalo. En apenas los 30 minutos que tardas en cruzar el Canal de la Bocaina (si tienes suerte de que el oleaje te lo permita),  te encuentras un territorio con una mezcla de colores importante. Yo la esperaba más desértica, amarilla como la arena de las Dunas de Corralejo, pero me sorprendió la roca volcánica, me cautivaron sus aguas azules y cristalinas y me pareció increíble los tramos con arbustos verdes. Pensaba que era mucho más chiquita pero la verdad es que Lobos te invita desde un primer momento a pasar como mínimo una jornada e incluso varias.

Vista desde el Faro de Martiño

PUERTITO de LOBOS

Al llegar, varios marineros te ayudan a salir del barco. Lobos se visita en apenas 4 horas si no te paras a darte un chapuzón en la playa. Nada más llegar te encuentras una especie de museo con paneles que te explican un poco la historia de la isla. De la zona del Puertito donde atracan los barcos salen varios caminos.  Da igual cual elijas porque es circular. En esta zona tienes un lugar habilitado con sombra para esperar al barco siguiente. También te encontrará un baño público. Nada más llegar te verás el busto de una señora. Josefina Plá. Hija del farero y conocida escritora de Paraguay. Nació en el mejor lugar que se puede nacer, o al menos, en el más recóndito. En el faro de Lobos.

Lobos vista desde Corralejo

PLAYA DE LA CALERA

Si prefieres el camino de la izquierda, te encontrarás la playa de La Calera y si optas por la derecha te das de bruces con un asentamiento de casitas con paredes de piedra, muy bien integradas en el paisaje y en la que pasan los días de asueto aquellos cuyos antepasados pudieron construir en el islote. Ahora está prohibido. Entre esta playa y el Faro de Martiño hay una distancia de 40 minutos caminando. En la parte de la arena te encontrarás los restos de un antiguo taller de producción de púrpura. Y vaya si es antiguo….datado entre  el I antes de Cristo y el I después de Cristo. Tiene origen romano y aquí se basa una de las teorías de las que ya hablaba Plinio sobre la Expedición de Juba II y el supuesto origen de las Islas Canarias. Apunten como lo he hecho yo. Juba II. Una sorpresa histórica la que me he llevado.

Instantáneas para el recuerdo

EL MUELLITO

Aquí es donde está el pequeño poblado construido a base de casas cueva, algunas de ellas excavadas en la roca volcánica. No hay agua corriente, no hay suministro eléctrico pero te encontrarás un remanso de paz, mucha familiaridad y el regocijo de los majoreros. Ah! también el único restaurante del islote. Por eso es muy recomendable llevar un bocadillo y bebida suficiente para pasar el día. En esta zona también hay un área de descanso. Además de pescar y darte un baño también pueden atracar pequeñas embarcaciones.

Pescar, tomar el sol, caminar, respirar, meditar….

FARO DE MARTIÑO

Entre el Muellito y el Faro de Martiño hay aproximadamente una hora caminando. Los senderos están perfectamente habilitados y,  aunque a priori podría parecer difícil, se pueden usar bicicletas. Numerosos carteles te desaconsejan salir de los senderos. Recuerden que es un Parque Natural Protegido. Es Reserva de la Biosfera de Fuerteventura desde 2009. El pequeño faro  sirvió de morada para la familia de Antoñito “El Farero” que vivió allí hasta 1968. Desde arriba hay una vista espectacular de la costa de Lanzarote y del propio islote, predominando toda la laguna, un saladar con una interesante mezcla de colores.

Faro de Martiño donde nació la poetisa Josefina Plá

LA LAGUNA de LOBOS

De camino al Faro nos encontraremos la zona de las Lagunillas. Tiene grandes valores naturales porque aquí nace una especie vegetal única y propia del islote: la siempreviva Limonium Bollei. Además es un lugar de parada de numerosas aves marinas que están de paso. Vamos, lo que viene siendo un laboratorio al aire libre.

La Lagunita

CENTRO DE INTERPRETACIÓN

En este lugar hay personal oficial al que se puede pedir ayuda si fuera necesario. También información sobre el islote. Unos paneles informativos te mostrarán los detalles históricos de la isla. Su presente y su pasado.

En el islote hay algunas edificaciones como el área de descanso

Estos son los 6 puntos básicos que no debes perderte de Lobos que, por cierto, se llama así porque antiguamente había focas monje también conocidas como lobos de mar. Hoy en día apenas quedan de ellos una esculturas a la salida del Muellito.

El islote donde vivían las focas monje…

El islote, que ocupa 467 hectáreas de superficie y algo más de 13 kilómetros de perímetro está presidida por la Montaña de la Caldera que tiene aproximadamente 127 metros de alto. Sombrero, protector solar y calzado cómodo para subirla. No se olviden. En Lobos se puede ir en cholas, que son ideales para darte un buen baño,  pero no olviden que el terreno entre una zona y otra es muy abrupto.

Guardando el equilibrio en Lobos….

Tienen un teléfono de información disponible: 928-533602. En toda la isla hay perfecta cobertura de telefonía móvil y 3G. Ya. Ya se que no hace falta y que allí vamos a desconectar, pero siempre da tranquilidad saber que podemos buscar en internet, por ejemplo, la historia de Lobos u otras cuestiones cuando estemos tumbados panza arriba disfrutando de la tranquilidad y de los rayos del maravilloso astro rey que, por cierto, poco nos acompañó en nuestra visita al islote. ;).

«…me sorprendió la roca volcánica, me cautivaron sus aguas azules y cristalinas y me pareció increíble los tramos con arbustos verdes…»