Ahora que no podemos viajar con esta pandemia sobrevenida ( que, por cierto, ya asquea) y que apenas podemos pensar en cruzar el charco, me apetece escribir sobre lo gratificante que es compartir mis experiencias con estudiantes. En varias ocasiones me han invitado a contar anécdotas de mis viajes en las aulas de un instituto. Me ha resultado muy interesante. Yo he tenido la oportunidad de compartir tanto con chicos de un colegio de entre 13 y 14 años como con adolescentes, más tirando hacia jóvenes, de entre 17 y 18. De esos en los que las ganas de viajar son más intensas.
Pues lo primero es tener cosas que contar. De nada nos vale tener mil viajes en la mochila si no tenemos experiencias enriquecedoras que compartir. En mi caso atesoro más vivencias curiosas que viajes en sí, creo. Y cada una de ellas puede convertirse en una chispa que motive al espectador. Por eso, cuando me plantean una de estas charlas siempre pienso más en la anécdota que en el viaje en concreto.
En mi caso siempre me llevo una presentación preparada en el ordenador para apoyar la conferencia. Una imagen vale más que mil palabras y en el caso de los blog viajeros, las fotos son la ley. Recomendaría elegir algunos de los destinos más interesantes no sin antes hacer mención a lo que nos ha motivado hacer esos viajes. Un poco de historia personal y en mi caso, además profesional. Al fin y al cabo van ligadas irremediablemente. En estas cuestiones técnicas recomendaría comprobar el estado de las instalaciones previamente, si tenemos proyector, pantalla, cable adaptador si llevamos un MAC y ….el centro educativo utiliza windows. En fin, asegurarnos antes de que vamos a poder proyectar nuestra presentación sin problemas engorrosos de cables de última hora.
Pues lo principal es que no se aburran. Y eso lo notamos en sus caras de póker o en sus rostros cargados de sorpresa e incertidumbre. Nada más satisfactorio para alguien que da una charla, que sentir el interés por parte de la persona que tienes justo enfrente. Y es lo que me suele pasar. Lo confirmarás si, dentro del tiempo que te han asignado, reservas unos minutos para contestar preguntas y dudas. Si se te agota ese tiempo…..éxito rotundo. Si te quedan preguntas por contestar, vídeos que mostrar y anécdotas por recordar. Eso te indicará que has triunfado en el maravilloso mundo de las charlas escolares.
Prácticamente todas las charlas sobre viajes que he ofrecido han sido sin contraprestación económica alguna. Siempre lo he dicho, mi blog Mi Pasaporte y mis viajes, solo sirven para enriquecerme como persona, para estimular mi mente y además, forma parte de mi, cada vez más limitado, tiempo de ocio. ¿Y con qué me quedo? Pues con haber contribuido a inocular ese interés por los viajes y ayudar a conocer otras culturas a través de mis desplazamientos. Provocar interés en los chicos por otras formas de vida. Ojalá yo hubiera tenido en mi época de estudiante más charletas constructivas, motivadoras y cautivadoras.
«…ninguna experiencia más positiva que compartir lo que te resulta gratificante…»
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Otra historia estupenda! Gracias por compartirla