Hoy les acerco a un «escondite» muy cuco. Es un lugar recóndito, casi desconocido. No lo encontrarás ni en las guías de viaje ni en las rutas turísticas. Se trata de un rinconcito que se encuentra en Los Realejos, en concreto en uno de sus barrios, la Cruz Santa.
Está a unos dos kilómetros y medio del centro realejero. Para acceder a este núcleo tienes que tomar por la carretera TF-324. Hablamos de la isla de Tenerife. La Cruz Santa es un barrio de las medianías. No pasarás por allí salvo que vayas a algo concreto. La referencia para llegar al lugar es el antiguo Casino y la Iglesia. Nuestro lugar protagonista de hoy está justo en un lateral del templo del siglo XVIII.
Es una pequeña vía peatonal flanqueda por uno de sus lados por viviendas sencillas pero muy bien cuidadas. Son inmuebles de una o dos plantas con su balconcito y sus ventanas. ¿Por qué me ha llamado la atención?. Pues básicamente me ha resultado un lugar recoleto. Un espacio agradable para bajarse del coche y salir a verlo. No te llevará más de 5 minutos. Algunas de esas viviendas cuentan con típicas cruces que se adornan el día de su fiesta grande en el día 2 del mes de mayo. El paseo tiene macetones con plantas autóctonas que adornan la vía. Las casas, algunas, tienen colores vistosos.
Justo a mano derecha, en un lateral de la iglesia hay un carga y descarga. Creo que es una buena opción para dejar el coche. En la Plaza de la Santa Cruz hay un café muy agradable con una terracita modesta en el exterior. Si vas por la mañana, temprano, te dará el solecito y te podrás hacer un kit kat muy apetecible. En otro momento del día te garantizo que te helarás de frío, al menos en invierno. Llévate abrigo. Es un barrio bastante húmedo.
Después de ese café, de pasear por el callejón, entrar a la iglesia si la pillan abierta y respirar aire fresco, pueden cruzar la carretera y ver el Casino. Se trata de un inmueble que se concluyó en 1950 y que se destina a actividades culturales y sociales, de índole privado. El edificio como tal, no es especialmente atractivo.
La Cruz Santa es famosa por sus vinos y también por su repostería. Así que no se vayan de allí sin haber probado sus caldos y comprado una buena bolsa de pasteles realejeros.
«…y ustedes se preguntarán ¿qué tiene de especial? Algo. Tiene algo…»
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