El espectáculo de los Tajinastes

La verdad es que es todo un espectáculo que podemos ver cada dos años. Tenía mis dudas sobre la floración de los tajinastes rojos pero, efectivamente, es así, cada dos años cuando lucen en su máximo esplendor, al menos los que viven en el Teide. Su nombre viene de la palabra tainast, paradójicamente palabra femenina guanche que significa aguja aunque su apariencia es, jejejeje, totalmente masculina y fálica.

Nacen solos o acompañados por varios compañeros

Qué es el Tajinaste

Es un endemismo de las islas y, aunque su color más exuberante es el rojo, los hay de varias tonalidades y colores. Es un arbusto que nace de forma caprichosa, con un tallo central que se llena de miles de pequeña florecillas y que puede alcanzar los 3 metros de altitud. Miles de floritas que te dejan con la boca abierta.

Su color rojizo contrasta con el alrededor

Sus flores producen un néctar muy dulce por eso no es de extrañar que sus flores atraigan a mis enemigos públicos número uno: las abejas y abejorros. Siempre que un tajinaste esté florecido tendrá un nutrido enjambre de bichos alrededor.

Alcanzan hasta los 3 metros de altura

Sus características

Su color destaca sobre la piedra volcánica negra. El contraste es muy bello y cuando nacen en grupo forman una estampa fantástica. Y es ahí donde se deben quedar porque arrancarlos con la intención de trasplantarlos es inútil. Muere a las pocas horas de ser separado de la tierra y su reproducción se produce únicamente por las semillas que esparce el viento. 

Su néctar y polen atraen a las abejas

Dicen que en Canarias hay más de 20 especies distintas. Yo los he encontrado también en zona de costa, pero de color blanco. Son muy caprichosos y nacen, lo mismo en laderas escarpadas o en apacibles llanos.

Vale la pena fotografiarlos, se llevarán un buen recuerdo

La mejor época para verlos es de mayo a junio. Luego ya empieza el calor y las florecillas se van secando. Con la primavera, cada dos años, el espectáculo gratuito está servido en las Cañadas del Teide.

«…miles de florecillas que te dejan con la boca abierta…»