Dicen que es la estructura en madera de pino finés más grande del mundo. Yo no lo sé a ciencia cierta, lo que sí es seguro es que las Setas en Sevilla tiene tantos amantes como detractores. Cuando comenzaron a construir este mirador se abrió la caja de los truenos. Su instalación ha resultado muy polémica porque dicen que es demasiado moderno para el entorno clásico en el que se ubica. El entorno, Metropol Parasol no deja indiferente a nadie.
Sorprende por sus dimensiones, por su material y también por la diferencia. En mi caso eso es precisamente lo que me gusta. Reconozco que no pega con cola….pero por su aspecto rompedor le doy 10 puntos.
Llegar hasta allí no tendrá pérdida porque está en La Encarnación y prácticamente, desde que se culminó el proyecto en 2011, aparece en todos los mapas de la ciudad. Es obra del arquitecto Jürgen Mayer. Se ha convertido en uno de los reclamos turísticos más importantes de la ciudad.
Se puede pasear literalmente sobre hongos de madera en un recorrido de 250 metros. Tardaron 5 años en culminar el proyecto y, a lo largo de todo este tiempo, fue muy criticado por el elevado coste y por su aspecto vanguardista.
En el sótano se puede ver una maqueta
Aunque a priori podríamos pensar que se trata solo de un mirador, estamos ante un complejo que incluye un sótanos con ruinas (el Antiquarium), un mercado de abastos, una plaza (la Plaza Mayor de la Encarnación) con más de 3000 metros cuadrados, una cafetería y el propio entramado de pasarelas que conforman el mirador. No te pierdas ni una sola de ellas porque todas valen la pena. Acceder al mirador te costará unos 3 euros. También tienes bonos para entrar, además, en el yacimiento arqueológico.
Es relativamente accesible para personas con movilidad reducida porque tiene ascensor. En algunas de las rampas hay pequeños escalones pero hay partes sin obstáculos. Otro detalle a tener en cuenta. Con la entrada te invitan a una bebida en la cafetería de arriba. Siempre es interesante tomar algo y disfrutar de las vistas. Unas vistas que están a más de 28 metros de altura del suelo.
La panorámica estará perfectamente identificada con los carteles. Desde arriba se puede ver la Catedral, la Cartuja, la Plaza de España y en general todo aquello que tu vista alcance.
En definitiva, para mí se convirtió en un imprescindible de mi viaje a Sevilla. Me gusta la tradición pero también aquellos rincones que rompen con lo establecido, que poco a poco se adhieren a las viejas piedras y se hacen un hueco en medio de la historia. Las Setas sevillanas han venido para quedarse.
«piezas y millones de tornillos que se traducen en sinuosas formas celestiales…»
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