Tenemos las cosas cerca y apenas las conocemos. En mi caso se cumple la premisa. Hoy les propongo un paseo por un parque que me ha sorprendido en positivo. Me ha parecido un espacio súper recomendable para ir con niños, o incluso para meditar y pensar en soledad. Sí. Lo he dicho. Para eso mismo. Está en Icod de los Vinos que, por cierto, celebra el día de su patrón el 25 de Abril (San Marcos), en el norte de Tenerife. Este municipio es conocido básicamente por un árbol del que ya apenas hablamos desde que se implantó el euro y desaparecieran los billetes verdes de 1000 pesetas.
Aún así los turistas que van a este pueblo del norte, el mío, lo hacen para ver el famoso árbol milenario que resulta que, no es un árbol, sino una planta, un arbusto y que no tiene mil años sino unos pocos menos. Ha sido objeto de polémica en los últimos tiempos. Primero por la construcción de un muro (de la vergüenza) que delimitaba el parque y que, supuestamente, restaba visibilidad. Y luego, por el rumor de que el Drago estaba muerto y lo mantenían en pie con cemento armado.
De una manera u otra, el caso es que ahí sigue, rotundo, impresionante. Tanto que incluso unos investigadores italianos han escuchado su interior para ver qué tipo de música desprende. Lo que oyen. A mí de momento el Drago solo me ha hablado del silencio y de historia (aunque no me he puesto a escucharlo demasiado bien).
Al parque se entra por la parte trasera de la Plaza de la Pila. Los adultos pagarán 4 euros y los pensionistas 2,50. Los residentes canarios pueden entrar gratis. Además organizan Eco-rutas. Si se va con prisa no es necesario ni siquiera acceder porque el Drago se ve desde la Plaza Lorenzo Cáceres, pero si tienen tiempo y están cansados de toda la ruta y la carretera, entren, siéntense y escuchen los pájaros. En contra de lo que dicen por ahí, para lo poco que cuesta y el buen rato que podrían pasar, lo recomiendo.
Dice la leyenda, que los dragones, al morir, se convertían en dragos y que la savia del árbol es de color rojizo porque es la sangre de la bestia. Es uno de los símbolos de las Islas Canarias y, quizás el mayor tesoro de la flora española. Cuenta con una copa con una peculiar forma y en ocasiones florece, con unas florecillas blancas. Dicen los abueletes que cuando esto ocurre nos espera un invierno lluvioso. Siempre se ha pensado que era endémico de Canarias pero el dracaena draco también se encuentra en Madeira, Cabo Verde y en Marruecos. Al fin y al cabo estamos todos en la misma zona geográfica.
En el parque encontrarán numerosas especies vegetales y algún que otro animal suelto. Entre las curiosidades, una cueva que recrea un enterramiento guanche y un barranquillo por el que antiguamente corría de forma constante un pequeño riachuelo, el Caforiño.
Los dragos siempre han despertado el interés de muchos botánicos que vienen de varias partes del mundo para verlos. De momento, y mientras no se venga abajo, el más alto es este, de Icod de los Vinos. Mide 17 metros de alto y 20 de perímetro en la base. El peso de esta mole ronda las 150 toneladas sin contar las raíces. La edad de este drago ha sido muy discutida y se ha llegado a afirmar que podía tener miles de años, sin embargo, según los estudios su edad se ubica entre los 800 y los 1000 años.
El pobrecito ha tenido que pasar por el hospital en varias ocasiones. Realmente los «sanitarios» han venido hasta su hábitat. En 1985 se instaló en el interior del tronco un ventilador para facilitar la circulación del aire y evitar la proliferación de hongos. Antiguamente había quien metía a los rebaños de cabras dentro del tronco para resguardarse del frío y el agua. Es hueco!!!!. En 1993, el Ayuntamiento de Icod desvió la carretera que pasaba a pocos metros del drago y se pensaba que esto podría afectarle. Pero ahí sigue con sus brazos aclamando al cielo.
Justo anexo al parque se encuentra el futuro edificio que albergará el centro de interpretación. Levantó muchas ampollas cuando empezaron a construirlo porque decían que no pegaba con el conjunto histórico. No obstante, a mi me parece que tiene un aspecto agradable. Al menos desde dentro.
De abril a septiembre el parque permanece abierto de 09.30 a 19.30 de la tarde y el resto del año, de 09.30 a 18.30. Durante esas horas podrán visitar las 3 hectáreas que forman toda la extensión y lo mejor, podrán hasta tomarse un tentempié porque hay unas mesitas tipo merendero. Está en pleno casco histórico de Icod y te permite conocer la zona más antigua del pueblo. Hay muchas casas típicas, y además cuentan con el aliciente de poder tomarse unos vinitos icodenses por alguno de los bares y tiendas de souvenirs que hay en los alrededores.
Me han contado que hay multitud de leyendas relacionadas con los dragos que van más allá de Canarias. Dicen que la mitología griega los vincula al gran dragón Ladón, un monstruo con 100 cabezas que luchó contra el dios Atlas. El dragón la palmó y su sangre corrió ladera abajo por el Teide hasta llegar a la costa. Por eso hoy en día nacen tantos dragos en Tenerife y de su tronco brotan multitud de ramas, como si fuera Ladón. No es mala la historia para entender tanta veneración. Lo que también me han contado, y esto sí que es de buena tinta, que cuando el drago, el milenario que no tiene mil años sino unos pocos menos, estaba libre, sin muros, vallas o carteles informativos, los chicos se metían dentro de su tronco a jugar. Y esto, allá por la década de los 40, lo hacía mi padre, que siempre ha sido tan culo inquieto como una que conozco bien.
«….espacio súper recomendable para ir con niños, o incluso para meditar…»
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Interesante lugar tan cerca del centro y que te invita a olvidar
Nadie es profeta en su tierra. Conocemos más lo de fuera que lo que tenemos al lado
Muy interesante reportaje,ya se algo más de mi drago, saludos
¡Muchas gracias!
Qué bonita entrada, me ha encantado saber más de la historia de nuestro Drago milenario.
Muchas gracias Ana
Me encantó como nos describe el Parque del Drago. Maravilloso relato.
Muchísimas gracias.
Saludos
Gracias por leerme. Saludos