Ni nos partió un rayo y, me temo que, tampoco cayó. Sin embargo a este lugar se le conoce así y a mi también me gusta seguir creyendo en esa historieta romántica e imaginarme que se abrieron los cielos una noche de tormenta perfecta y que, en un determinado momento del cuento, un zasca divino golpeó este punto con toda la fuerza del mundo.
Hoy nos vamos a El Rayo. Un lugar al lado del mar que les sorprenderá por su oquedad perfecta en la tierra. Un hueco que se debe más a la propia erosión y al paso del tiempo que a un hipotético fenómeno meteorológico. Está en el municipio de Buenavista, en el norte de Tenerife, y se puede acceder desde dos direcciones distintas.
Si quieren hacerlo desde Los Silos, basta con seguir la ruta que discurre al lado del mar desde El Sibora. Estará a unos 3 kilómetros aproximadamente. Pueden llevar las bicicletas o si lo prefieren ir caminando. Con buen calzado, sombrero y protección solar. No olviden la botella de agua.
Y si por el contrario, optan por la vía rápida, es muy fácil. La referencia será el Faro de Buenavista del Norte, ubicado en medio de fincas de plataneras. A unos 400 metros encontrarán varios charcos para darse un baño en agua salada y como no, el hueco que dejó “El Rayo”.
El cráter tiene entrada y salida al mar y un puente que se ha convertido en un punto estratégico para ser fotografiado, siempre y cuando podamos, claro. Los fines de semana hay tanta gente que, difícilmente, podremos hacer una instantánea sin que aparezca en el encuadre algún espontáneo.
A mí, personalmente me recuerda mucho a otro punto de la geografía isleña en la que otro arco acapara toda la atención de los instagramers, el Arco de Tajao.
“Rincones de fácil acceso…”