Hoy visitamos un cementerio. Es uno de esos rincones que vale la pena visitar alguna vez en Santa Cruz de Tenerife aunque lo malo es que tan solo abre dos días al año. El 1 de noviembre, Día de Todos los Santos y el 2 del mismo mes, Día de los Difuntos. Y digo que vale la pena conocerlo porque San Rafael y San Roque es un cementerio donde se puede conocer gran parte de la historia de la capital tinerfeña desde el principio del siglo XIX hasta mediados del XX.
Pasa totalmente desapercibido. A muchos les extraña incluso conocer que en este lugar hay un camposanto. Está ubicado muy cerca del Mercado Nuestra Señora de África y de la Avenida Tres de Mayo, en el barrio conocido como las Cuatro Torres.
Se creó en 1810 y la última sepultura que se llevó a cabo allí fue en el año 54. Consta de dos partes diferenciadas. Una, en la que se enterraba a los católicos y otra, la “chercha” (church-yard), en la que se inhumó a protestantes. Es, al menos, curioso como también los considerados ateos eran enterrados en este espacio. Aquí la mayoría son británicos y alemanes. Aquí en muchas lápidas encontrarás las cruces inglesas y una capilla sin imágenes.
A principios del XIX los pequeños cementerios que se improvisaban entorno a las principales iglesias de Santa Cruz se quedaron cortos. Era necesario y urgente buscar un terreno para enterrar a los muertos que decían adiós en la ciudad. Ahí es donde nace este camposanto.
El de San Rafael y San Roque es uno de los primeros al aire libre que se construyó en la Islas Canarias. Su principal explicación la podemos encontrar en un brote de fiebre amarilla que surgió en noviembre de 1811. Los chicharreros y los extranjeros que vinieron a la ciudad fueron cayendo literalmente “como moscas”. Era necesario buscar un terrenito que abonar. JEJEJE. Los dos primeros fueron un tal Rafael y Roque. Y como era tradición antiguamente, los primeros en «pisar» tierra ponían el nombre al cementerio. Cuentan que al principio fueron solo unos 73 metros cuadrados pero luego la cosa fue creciendo. También hay dos judíos enterrados en este lugar.
Fechas muy distintas son las que datan la parte protestante. En 1830 ya los cuerpos consulares pidieron un solar a las autoridades para inhumar a los extranjeros. El primero en ser enterrado fue un marinero que llegó en un barco y que se llamaba Francis John Yateman (curioso…..hombre del yate- yateman).
En la mayoría de las tumbas apenas hay ya restos humanos. Los de los llamados Hijos Ilustres fueron trasladados a Santa Lastenia, que es el cementerio más actual del centro capitalino y que data de 1916. Entre esos ilustres podemos encontrar las tumbas de Sabino Berthelot; uno de los botánicos franceses más renombrados en Canarias; la familia Murphy-Estévanez, los Ascanio, los Barlett…En fin. Así hasta 669 enterramientos totales entre mausoleos, panteones y tumbas en tierra. Apellidos de raigambre pero que, sinceramente, a mí, me suenan, un poco a chino. Caballeros de órdenes con solera, almirantes, médicos, brigadas, presidentes de asociaciones y colegios de sonada relevancia. Personas y personajes de supuesta buena cuna y buen nombre.
También hay muchos religiosos y presbíteros que eran enterrados es vertical. Casi como si estuvieran emparedados en los muros que rodeaban al cementerio. A mí me resultó una gran curiosidad porque nunca lo había visto. He leído en algún lugar que eran considerados soldados de la iglesia y por eso no podían estar acostados. También hay muchas personas con títulos nobiliarios. Marqueses, condes… La mayoría de las nomenclaturas que verás sobre las lápidas son las mismas que dan nombre a las calles chicharreras más céntricas. Algunas de ellas tienen el escudo familiar. Otras, esculturas de corte modernista. La gran mayoría está protegidas por rejas totalmente oxidadas.
Otra de las curiosidades que te encontrarás en este camposanto es una placa a Secundino Delgado al que se considera el padre del nacionalismo canario. Un anarquista convencido que luchó “por y para la libertad de los pueblos y de los hombres. Está enterrado en una de las dos fosas comunes del cementerio. Fosas que se crearon cuando la fiebre amarilla azotó la ciudad.
En total más de 30 mil personas fueron enterradas aquí a lo largo de su historia. Muchos en panteones familiares que fueron pasando de generación en generación.
La entrada al cementerio cuenta con dos raíles de piedra que supongo, fueron construidos así para facilitar la entrada de los carruajes de caballos. Curioso.
Cuando se viaja a cualquier país centroeuropeo o asiático siempre se busca algún cementerio por visitar. Aportan datos sobre la cultura de un país y sobre la historia de esa ciudad. No entiendo qué pasa en este caso. Han tratado de organizar visitas guiadas o incluirlo en rutas turísticas, sin éxito.
Es uno de esos lugares en los que el paso del tiempo ha hecho mella. El tiempo pero desde luego la falta de interés de las administraciones públicas por conservarlo. Es una pena el deterioro al que ha llegado un lugar de interés histórico en la capital tinerfeña. Hay muchísimas lápidas en las que es casi imposible leer sus inscripciones. Está declarado Bien de Interés Cultural desde principios del 2000 pero a decir verdad no parece que suscite mucho interés entre los responsables públicos. Incluso, hace algunos años, se plantearon eliminarlo y hacer un parking.
San Rafael y San Roque fueron objeto de numerosos actos vandálicos. Por eso decidieron poner cámaras de seguridad y cerrar el recinto prácticamente todo el año. Se registraron casos de profanaciones de tumbas. Es una pena. Desde luego un cementerio que solamente encuentra algo de vida dos veces al año. Este sí que es un camposanto solitario.
«…unos muertos muy solos…»
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Buenos días Señores, estoy interesado en saber dónde se encuentra en este cementerio la tumba de mi abuelo. Se llamaba Carlos Mora Quintana y lo enteraron el 1938. Si tenéis algún dato os lo agradeceré muchísimo. Un Cordial Saludo
Hola. No le puedo decir con exactitud en este momento pero hay un libro que reseña las tumbas principales. Se lo voy a buscar y le digo algo. Saludos