Es un rincón enigmático. Una playa natural alejada y poco masificada. Vale la pena ir tan solo para verla. Montaña Pelada se encuentra en el Monumento Natural del mismo nombre. Está a tan solo media hora del Médano caminando.
Está ubicada en Granadilla de Abona, en el sur de Tenerife. Está genial porque se trata de un cono cono volcánico a partir de una erupción submarina. Tiene aproximadamente 1,5 kilómetros cuadrados y además de darte un chapuzón, se puede caminar por las dunas de arena y entre las psamófilas, plantas específicas de la zonas costeras. También hay tabaibas y cardones.
Para llegar a Montaña Pelada debes llegar primero al núcleo poblacional de El Médano y luego tomar la Avenida Juan Carlos I. Justo al final de esa carretera te encontrarás el acceso tanto a la playa como a la Montaña. No tiene pérdida pero si encuentras en tu camino el Hotel Arenas del Mar, estás en el camino correcto. En la zona de baño desemboca el Barranco de La Barca. Es una zona ventosa, por eso no es de extrañar si te encuentras a algunos surfistas con sus tablas. Como la playa es bastante virgen, también hay bañistas que llevan a sus mascotas a correr por la arena.
No esperes servicios ni banderas azules. No tiene acceso para discapacitados ni chiringuitos de playa. Es, eso sí, una joya entre las playas vírgenes y naturales. Con una arena ligeramente dorada y con un oleaje relativamente intenso. Hay que tener cuidado porque no hay socorrista.
Con la marea baja recomiendo un paseo hacia la izquierda de la playa. Te encontrarás unas formaciones rocosas muy interesantes. Espectaculares tonalidades variadas que oscilan entre el rubio dorado y los ocres en todas sus opciones. Montañas que transmiten magia y posibilidad de evasión y que responden a una formación volcánica que se formó gracias a una erupción que entró en contacto con el agua.
La roca es muy porosa y esto ha provocado que varios desaprensivos hayan dejado su impronta marcada en los alrededores. Tuve la oportunidad de sentar mis posaderas sobre varios trazos en forma de corazón.
No quiero imaginar cuántos de estos corazones ya se han ido al carajo. Les deberían multar por ir marcando la zona natural con sus banales historias de amor. «Historias basura» las llamaría yo. Por cierto, si dejas escombros detrás te pueden caer hasta 3000 euros de multa.
Con poca gente, la playa se convierte en ideal para «despelotarse» pero en verano, quizá no esté tan resguardada de mirones. Apunten si quieren conectar con la naturaleza y buscar una playa nudista en invierno.
«…una playa natural alejada y poco masificada…»
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