Me empiezo a sentir presionada. Todo el mundo, a esta altura del año, me pregunta a qué parte del planeta me voy de vacaciones. Realmente la presión es ficticia porque, en el fondo, me congratula que me pregunten. No lo hacen por curiosear sino porque en este punto del “curso escolar” todos deseamos descansar, conocer otros lugares, y escapar de la rutina.
Es el momento, pues, de empezar a mirar, a sopesar los futuribles destinos. Al menos es lo que estoy yo haciendo y creo que también muchas otras personas. Trato de disfrutar de los pequeños placeres de la vida a diario y viajar se me ha revelado como uno de los más gratificantes por eso es muy ilusionante este momento.
Las agencias de viaje ya empiezan a ofertar paquetes con traslados y hotel, cruceros, y destinos familiares. Entiendo que para los padres es la época del año ideal para planificar. Pensar con tiempo y previsión. Si se puede ahorrar algunos euros a la hora de ir pensando el destino, mucho mejor.
Muchas veces las regiones cerca de casa nos pueden facilitar las cosas pero tampoco son la panacea. A veces, con un esfuerzo mayor podemos desconectar yendo a algún lugar un poco más lejano y más exótico.
Eso si hablamos de plantear nuestras futuras vacaciones en compañía pero si la opción es la de viajar en solitario, la planificación es, o puede ser, mucho más flexible. Solo debemos tener claro nuestro destino. Para el verano, muchos prefieren el momento arena y salitre. Y ahí se abre un amplio abanico de posibilidades.
En este caso, los destinos caribeños, las islas o también los países del sudeste asiático, donde tendremos garantizado, a la par, cultura diferente y playas tropicales, son una buena opción. Asia, al menos para mí, es un fondo de armario, porque de este continente vengo renovada, con la moral por las nubes y con una perpetua sonrisa que, normalmente, se prolonga durante todo el año.
Otra opción es Sudamérica en su amplia extensión. Cosas a favor para los españoles: la principal es el idioma. Nos enteramos de todo y puede resultar más cómodo moverse, por aquello de la información en la lengua materna.
La cuestión más espinosa es esa, decidir el lugar. Si lo único que tienen claro es que quieres viajar, te puede ayudar a decidir la lectura de blogs especializados, catálogos de agencias de viaje y también, cómo no, pasar las horas muertas viendo vídeos de destinos de vacaciones en youtube.
Muchas veces te proyectas en el lugar, te ves en la zona, percibiendo casi los aromas de países extranjeros y sensaciones desconocidas. Eso, al menos a mí, me ayuda a decidir. ¿Te ves en el sitio, con sus dificultades y sus bellos paisajes? Si te visualizas de forma clara, no lo pienses más. Empieza a planificar.
Desde hace semanas, me preguntan, ya les decía antes ¿y esta vez, dónde te vas de vacaciones? Pero también me plantean otras cuestiones como por ejemplo dónde mirar los billetes de avión más baratos o con cuánto tiempo de antelación podemos obtener precios más asequibles.
La verdad es que yo creo que sobre este asunto hay mucho escrito pero nada establecido. Puedes encontrar cosas tiradas de precio el día antes o con cuatro meses de antelación.
Creo que, en materia de billetes, es cuestión de saber buscar pero también, y casi más importante, es la flexibilidad a la hora de elegir un día u otro. También creo que podemos ahorrar algo si sabemos utilizar las escalas a nuestro beneficio.
Muchas veces, por obsesionarnos con vuelos directos, tenemos que pagar mucho más dinero. Quizás tendríamos que plantearnos que haciendo una parada durante un día en alguna ciudad interesante, ahorramos costes y encima añadimos un plus a nuestro viaje.
Una vez pensado el viaje, el resto viene todo casi rodado. No debemos olvidar el equipaje básico. Ilusión, lecturas, planificación, billetes, equipaje y el pasaporte a punto por si acaso tengamos que cruzar el charco.
«…si te visualizas de forma clara, no lo pienses más…»
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